Friday, August 04, 2006

Lejos

Él se zambulle sin vacilar en el río de las pasiones que siempre corre por su vida [1] porque su carácter fuerte y exquisito como un diamante ha sido forjado por ideales anarquistas en los que sólo él es el supremo creador de una vida con enormes vericuetos que prometen un gran futuro y en los cuales, ocasionalmente la soledad con suaves murmullos acaricia su existencia y al compas de su música preferida transporta su ser a mundos que a pesar de caber en un cuarto asemejan la inmensidad del cosmos y reúnen excentricidades que aventajan, por tal vez varias millas, los límites de una sociedad absurda para él y conveniente para otros… que buen refugio ha resultado aquella fría estancia en la helada ciudad que no ofrece, o en la que al menos aún no encuentra, el nicho social al que se había habituado y al que ahora añora dentro de fantasiosos sueños llenos de personajes reales que en ocasiones también piensan en él, elevan al universo profundos suspiros por su ausencia y vividamente experimentan su invisible presencia; pero su permanencia en los mundos quiméricos no debe durar eternamente y cuando la calcinante realidad con apacible voz le llama, engalanado con su traje de hipocresía, frecuenta lugares que sólo obtienen su presencia física y con un indiscriminado automatismo realiza privaciones a sus gustos y principios, asegurando de esta forma, los medios que permiten su supervivencia en un espacio desconocido que le ha enseñado, al cabo de algunos meses, lo difícil que puede resultar el inicio de una nueva vida llena de anhelos insaciables y fugaces; una vida en la que a veces la soledad deja de ser la compañera perfecta de un imponente alma indómita para convertirse en un yerto y oscuro océano que lo abstrae hasta lo más intimo de sus profundidades, rodeándolo y robándole parte de su esencia visible, parte de sus osados esfuerzos, parte de aquella galante tozudez que se vislumbraba ante círculos sociales incomprensibles, regidos por enmascaradas reglas utópicas y moralistas…que absurdo resulta el final de su lenta metamorfosis, el haberse convertido en adepto incrédulo de una religión, para él, demasiado nebulosa.



[1] “Manual del guerrero de la luz” Paulo Coelho

Mi sueño perdido...No sin ti

Mi sueño perdido

Mi sueño perdido, mi hembra dócil
¿Dónde he de encontrarte?
¿en las imágenes de las vírgenes,
en su mirada de vidrio?
o ¿debajo de mis sabanas?
enredada en mis ganas
en el cruel pasado no te conocí
en este tiempo de horas extraviadas
y de extraviados anhelos
mi senda es la tuya
y ahora la caminamos juntos
en cada paso estas conmigo
así sigamos hasta mi postrera hora
cuando ya nadie sepa de mí
tu permanecerás.

Luís Ángel


No sin ti

¿Acaso soy yo la Deiopea romana
que anhela el caballero de sueños perdidos?
¿Acaso soy yo la musa inspiradora
de un poeta embriagado con mágicas palabras?
Tu senda es la mía,
y como caminantes de la oscuridad,
-invisibles a los demás-
como almas inseparables
-dueñas de un quimérico mundo-
no quiero permanecer, sola
en el –sin ti- yerto mundo
si ya nadie sabe de ti.

por mi

Monday, July 10, 2006

Eterna esperanza

27 de Abril; que hermosa fecha para encabezar la rosada pagina de su diario y es que no sólo la fecha era una perfecta combinación de dígitos, aquel soleado día de primavera con el sublime canto de las aves y el seductor olor de las flores frescas se había convertido en toda una composición lírica que hacía honor a aquella frase célebre de un gran escritor brasileño, cuando quieres algo, el universo entero conspira para que lo consigas, y así era, llevaba dos largos años amando en silencio y esperando que el universo terminara otros asuntos mas importantes para que luego conspirara a su favor y propiciara un encuentro que ella jamás se hubiera atrevido a acelerar; eso era lo único que ella pedía, un encuentro sin compromisos, sin milagrosos acontecimientos... le hubiese bastado con una sola mirada de los hermosos ojos azules que ella idolatraba y por que no? un “hola” complementario que reforzara el fin último de la simplicidad de la situación, el deseo secreto de que él percibiera su existencia. Sin embargo, el universo había sido muchos más generoso de lo que ella se pudo imaginar; Aquel día mientras caminaba por el pasillo del instituto para ir a su clase de arte, fue brutalmente arrollada por alguien que corría torpemente consiguiendo así que ella junto con sus preciados libros terminaran en el suelo y algunas hojas sueltas de su fólder se dispersaran por toda la estancia simulando una lluvia que imposibilitaba identificar al culpable de tal desastre.
Un poco alterada y anticipando que llegaría tarde a clase por culpa del atolondrado chico, comenzó a apilar sus libros, con su mirada fija en el suelo no pudo advertir que alguien también los recogía;
- Lo siento, sólo quería alcanzar a Cancino… ¿Estás bien?
¿Cómo iba a estarlo?, acababa de ser golpeada y aún se sentía un poco adolorida por su “encuentro” con el suelo y… un momento, ella conocía esa voz, lentamente levanto su mirada y la detuvo sobre los hermosos cabellos dorados que ondulaban con el movimiento de su cabeza como lo hace el trigo tierno cuando la brisa fresca lo acaricia, su hermosa piel se veía tan suave como los pétalos de las rosas que crecen en mayo, los labios perfectos dejaban vislumbrar la pureza que tal vez tendría sus besos y aquellos ojos azules brindaban la tranquilidad obtenida al mirar el océano en el horizonte. Por fin su sueño se cumplía. Él la miraba y la abstraía a tal punto que los segundos fueron mágicos dejándola en un hermoso sueño del cual no quería despertar y en el cual sólo ella y él existían.
- Sé que te golpee muy fuerte, es que no te vi, de nuevo lo siento.
Aunque ella podría haber reconocido su tono de voz en cualquier lugar, nunca había tenido la oportunidad de escucharlo tan cerca, ni siquiera le había dirigido antes una sola palabra, pero... qué voz tan maravillosa tenía; la fineza y la perfección de su prosodia hacian un juego esplendido con los finos ademanes y movimientos de cabeza que acompañaban su dialogo.
- Mira, creo que esto es tuyo, espero que sea todo.
- ….Gracias
- No tienes nada para agradecer, no podía dejarte sola después de que casi te provoco una lesión, je je je
Además de ser el hombre más apuesto que ella había visto, era todo un caballero y se había preocupado por ella, había percibido su daño y parecía esmerarse por arreglarlo.
- Me alegra que estes bien.... mmmm… No pude hablar con Cancino
- Hee… te refieres a Beatriz Cancino?
- Si, la docente de Lenguas
- Usualmente ella está hoy a las 3:30 en el 408 calificando trabajos, creo que si aún quieres, puedes hablar con ella a esa hora
- ¡Claro que quiero! ¡Gracias! No sabes cuanto necesito hablar con ella. Oye, y tu como sabes eso?
- Le he ayudado dos o tres veces a calificar algunos trabajos
- Este en verdad es un buen dato, gracias de nuevo, creo que atropellarte no fue tan malo
- haa…creo que…
- Sólo es broma. Es la primera vez que hablamos y creo que eres muy agradable, tal vez algún día quieras salir conmigo, para hablar, claro.
Aun no tenía seguro si esto era un sueño o no, y si lo era, no quería despertar nunca, la situación fue mejor de lo que ella esperaba, la había soñado muchas veces, en diferentes lugares y con diferentes encuentros pero esta ocasión era realmente estupenda, era mágica y excedía sus expectativas, en ese momento sus historias en hojas rosas se estaban convirtiendo en minutos reales que podía palpar y hasta saborear, minutos que podía convertir en parte tangible de su vida.
- Claro si estas comprometida, no te preocupes, y si no te agrado tampoco le des importancia…
- ¡NO! Claro que quiero, es decir, estaría encantada de salir contigo algún día
- Entonces creo que deberías darme tu número telefónico así, podríamos acordar la fecha.
- Si, claro
A ella la sugerencia le pareció maravillosa, que inteligente había resultado su amor platónico, ¡Él pensaba en todo!, o al menos eso le parecía.
- No tengo con que escribir es que hoy no tenía clase ¿podrías prestarme algo?
Ella busco entre sus cosas pero el único lapicero que encontró no fue muy útil, al parecer y para su desgracia ya no tenía tinta y las demás cosas de las que disponía aparte de sus preciados libros eran pinceles y oleos que se hacían tan inútiles como el lapicero sin tinta; Así que muy a su pesar, él le dijo que en otra oportunidad escribiría el número y que por ahora solo les quedaba encontrarse en la única clase que compartían los miércoles, acto seguido, la besó en la mejilla muy cerca de la comisura de sus labios mientras ella ascendía hasta la inmensidad del espacio, tomaba una estrella refulgente y como huella de aquel momento especial la guardaba en su corazón…
- Entonces nos vemos luego Luisa!
Estaba totalmente asombrada, él sabía su nombre, después de todo y contrario a lo que ella pensaba, él ya había notado su existencia y tal vez al igual que ella, él tambien había percibido esa conexión espiritualmente magnificada que establecen las almas como mutuo acuerdo, mientras permanecen en el bardo, para jurarse unión física en el plano terrenal.
Su estupor no la dejo despedirse de él y cuando quiso hacerlo, solo pudo ver como el niño de sus sueños subía las escaleras al final del pasillo desapareciendo de esta forma de su campo visual a través del hermoso atardecer primaveral.

Que maravilloso instante había vivido. Se sentía mas optimista que nunca y como toda chica enamorada mientras participaba de su alegría a su confidente de papel, imaginaba reinos color rosa junto a su príncipe dorado y escribía pedacitos de su corazón que pensaba recitarle junto a un lago a la luz de la luna en un posible futuro; estaba segura de que después de esto sucederían grandes cosas en su vida, aquel joven podría llegar a ser su novio porque después de lo sucedido la llama de su amor se había acrecentado gracias a la metamorfosis del chico en el imaginario de Luisa; había pasado de ser una figurilla idolatrada a ser un hombre con cerebro y corazón, con inteligencia y sensibilidad, un hombre real que la había emancipado de su anonimato.
Esa pequeña situación le dejó una sonrisa imborrable por el resto de la semana. Contaba las horas que faltaban para su encuentro del miércoles y al final de cada día se sentía más alegre que en el anterior ya que el ocaso significaba la disminución de su espera. Unida a esta felicidad inexplicable experimentaba una sensación nueva, se sentía lista para entregar todo de sí, ya no necesitaba la ayuda de ningún ente maravilloso e infinito como lo es el universo, ni siquiera necesitaba de terceros más terrenales como lo serian sus amigas o algún miembro de su familia, de hecho había tomado la decisión de mantener lo sucedido en secreto porque así, cuando sus sueños se convirtieran en realidad todos se llevarían la mayor sorpresa de sus vidas y ella sería la mujer más feliz del mundo por el resto de sus días.
El día señalado y después de practicar muchas veces frente al espejo de su cuarto la forma de ocultar su ansiedad, llegó apresuradamente al salón asignado y espero. Media hora más tarde de que la clase hubiese iniciado estaba más impaciente que nunca y se le hacía imposible movilizar su atención hacia el tema del día, su mente sólo pensaba en el niño que aun no llegaba, él único que había faltado a clase, la única razón por la que pensaba que ella había nacido, por la que palpitaba su corazón aceleradamente y de forma estridente, opacando la voz del profesor y por la que seguía en pié su existencia. Esa tarde, esa noche y el resto de semana que separaba al siguiente miércoles trató –a veces en vano- de engañar a su corazón con explicaciones racionales que su alma no creía, explicaciones que tampoco fueron útiles porque el siguiente miércoles su corazón recibió una nueva puñalada, el niño de su reino rosa no apareció. Se sentía desesperada, era imposible que faltara a dos clases seguidas, las últimas dos clases del curso… ¿Por qué le había dado ese beso alucinante que ahora la quemaba por dentro y la llenaba de un odio inexplicable? ¿Por qué la había dejado construir mundos que luego tendría que olvidar? Una y otra vez preguntas como estas la enloquecían y por momentos otras diferentes la llenaban de un sentimiento de culpa que la hacían repasar insistentemente aquel momento tan significativo buscando su posible error, error que nunca logró encontrar pero que de igual forma la atormentaba en las noches y que la hacía soñar con la mirada, ya no tranquila sino inquietante del dueño de su corazón.

Que mala pasada le había jugado la vida, se sentía estúpida y aturdida, no comprendía como las ilusiones de su corazón la habían llevado a aquella situación tan asfixiante; le hubiese bastado con poder entender por qué después de 45 días aun no había podido encontrarse con el niño de sus, ahora, tormentosos sueños… sólo quería entrar en el mundo de las explicaciones, las mismas que nunca llegaron y por las cuales, en un acto de suprema valentía, decidió entregar una nota con su numero telefónico a uno de los amigos de su amado. Por supuesto que pensó en las posibles burlas de las cuales sería blanco, sin embargo, estaba totalmente convencida de que aquel beso había significado algo y si había esperado tanto tiempo por un simple saludo, no le importaría esperar un poco más por una llamada.
Por inexplicables razones, había vuelto a ser la mujer mas positiva del mundo, había entrado en una etapa de resignación que opacaba su crisis y que le ayudaba a volver a imaginar encuentros poéticos en espacios utópicos con el niño de cabellos dorados. Parecía que el envío de aquella nota, la dejaba sin un enorme peso; haber dado su numero telefónico era un gran paso para cumplir sus sueños y junto con universos imaginarios plasmados en su pequeño diario había decido hacer lo único que le quedaba, esperar.

Cartas, poemas y otros escritos que el inspirador nunca leyó, un cuarto lleno de ilusiones y anhelos para dos pero con un solo habitante, una ventana por la que se escapan y se esfuman, junto con los sonidos de la cotidianidad de la ciudad, suspiros de ensueño por alguien que tal vez no los percibe y una silla que transporta una y otra vez a un instante del pasado que aún despierta sentimientos puros. 40 años mas vieja, Luisa vive en la misma casa en la que vivió su infancia, ha hecho miles de filas para que su línea telefónica no sea cambiada de numero y ha decidido, desde hace 30 años cuando murió su segunda confidente, su madre, no salir nunca más de su casa y pasar la mayor parte de su día sentada frente a la ventana de su cuarto con el teléfono sobre sus piernas a la espera de una llamada anhelada desde hace mas de media vida y por la cual su cansado corazón salta de alegría cada vez que sus oídos escuchan el timbre de un teléfono vecino
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Thursday, June 29, 2006

...Y era luz, porque en la soledad su recuerdo retozaba con su mente generando preguntas que sólo tenían como respuesta la perfección y la belleza de cada una de las partes de su cuerpo...
...Y era poesía, porque cada uno de sus gestos y movimientos habían sido memorizados pora luego, hacer parte de un composición lírica que otorgaba esplendidos matíces mágicos al universo que lo rodeaba cuando estaba junto a ella...
...Y era destino, porque se había convertido, a la vez que en el objetivo, en el adalid de sus acciones, en el erudito de sus sentimientos y en la religión que profesaba un corazón con ilusiones imperfectas y que poseía un dios que era nabí de la misma fe en la cual era idolatrado...
...Sin embargo, sólo fue la sombra de una ilusion porque nunca hizo lo que él quería: aceptar todo lo que ya era con un si que uniera sus almas en la eternidad del infinito, junto con el olor de los jazmínes y el colorido de las mariposas de aquella inolvidable primavera

Wednesday, June 28, 2006

Es una tarde cualquiera de verano en un vecindario de clase alta al norte de la ciudad de Memphis. A pesar de ser tan calmado el lugar, cualquier persona que caminara por allí prestando la suficiente atención, alcanzaría a escuchar las bocinas de algunos lamborghinis, el sonido de un televisor pantalla-gigante transmitiendo un partido de football y a un joven practicando en su batería nueva, sin embargo, la única persona que pasea por allí no es precisamente un caminante atento, es simplemente karol; 17 años de caprichos, orgullo, necedades, materialismos y algunos novios, componen la vida de la chica que mientras camina, piensa en lo bien que la pasara esa noche con sus amigos y que sin darse cuenta tropieza con lo que parece ser un libro: Lo maldice algunas veces mientras se compadece de su pie y se dispone a quitarlo del camino con su restante pie ileso, pero no se mueve, así que lo recoge para arrojarlo en el bote de basura a unos dos metros. Esta seria su “buena acción del día”. Mientras camina nota que la pasta es algo vieja y sus hojas lo bastante amarillas y polvorientas como para reforzar su teoría: el libro es un vejestorio sin utilidad, sin embargo un poco de cultura no afecta, así que busca el titulo y no lo encuentra, tampoco aparecen el autor ni el año en que fue escrito; logra leer algunas palabras antes de sentir que la toman fuertemente por detrás y tras algunos instantes de aparente inconciencia es arrojada brutalmente en un paraje tenebroso y oscuro. El ambiente tranquilo del amigable vecindario ha sido cambiado por uno muy inquietante que conjuga los olores pútridos de cientos de cadáveres con gritos quejumbrosos de almas que piden auxilio y susurros ininteligibles pero enloquecedores que a pesar de su falta de significado llenan la mente de la horrorizada niña con imágenes indeseadas. Luego de unos pocos segundos de permanecer en el extraño lugar, Karol siente en su cuello la pesada respiración del que seguramente no es su salvador; previendo lo que podría pasar, voltea lentamente y ve a un hombre (o al menos eso parece) de languidez corporal, de faz cadavérica, maloliente y sin lo que podría ser su labio superior. Sin embargo, lo mas aterrador de este ente no es su desastrosa apariencia sino aquellos ojos con un fulgor inexplicable y una mirada, que a pesar de estar llena del odio que sólo podría tener un asesino en frenesí, enajena de su conciencia a la cautiva joven y la deja en un misterioso trance que en contra de sus deseos de correr, la obliga a mantener la mirada fija y a identificarse con lo que seria el sufrimiento de aquel hombre.
Su lucha interior por apartarse del monstruo aflora en un grito que emerge desde lo más profundo de sus entrañas, y en una exageración de su percepción, le desgarra las cuerdas vocales; con el grito sacude su brazo derecho, que para ese entonces era oprimido por el horripilante hombre, y huye: corre desaforadamente como jamás lo había hecho, ni siquiera cuando participaba en las finales de atletismo de su colegio se sentía tan obligada a correr, y es obvio, en esos infantiles juegos solo ganaba un medallón aquí, si resultaba lo suficientemente ágil, ganaría el derecho a seguir viviendo. El hombre también corre tras ella, sin embargo, lo hace con dificultad. Karol con un poco de ventaja y con el objetivo de medir cuan lejos estaba de aquel individuo, advierte que este carece del pie izquierdo por lo que está obligado a arrastrar el tobillo; esto la anima porque le da tiempo para bajar un poco la velocidad, respirar mejor y buscar una posible salida…pero… ahora sus pasos son mas difíciles y lentos, mira a sus pies y ve como algunas almas condenadas que empobrecen aún más el lugar la retienen mientras claman por su ayuda; Esta situación propicia más el acercamiento del hombre porque ahora ya no solo las ánimas toman los pies de la chica, sino también sus brazos, su torso y su cabello; Karol ya no corre, ahora se arrastra y lucha no sólo por huir de aquel vestigio de hombre, también, por no caer al abismo en el que moran sus nuevos agresores.
Siente por segunda vez aquella pesada respiración y ve como la mayoría de las almas que están cerca de ella se alejan otorgándole la suficiente libertad para voltearse y predecir su destino; nota que su perseguidor tiene un puñal que hasta entonces ella no había visto, ya no quiere mirarlo a los ojos porque sabe que quedará hipnotizada de nuevo y ella tiene las esperanzas de poder luchar por lo que le ha pertenecido por 17 largos años, su vida… pero es demasiado tarde… en menos de lo que ella se podía dar cuenta el monstruo estaba sobre la joven y había logrado retenerla de las dos manos con tan sólo una mano mientras con la otra apretaba en alto el puñal, los esfuerzos de Karol por liberarse eran vanos, a pesar de la débil apariencia del hombre, tenía demasiada fuerza, con lo cual las esperanzas de la niña desaparecían. De ahí, que mientras veía como el puñal se acercaba a su pecho supo que lo único que le quedaba era gritar… y lo hizo… y despertó… lagrimas, sudor, tiembla porque aún está nerviosa, todo ha sido un sueño, no sabe cómo llegó a su cuarto porque está segura de haber paseado por su vecindario; tampoco sabe si se reunió o no con sus amigos porque no lo recuerda y si no lo hizo no le importa porque está feliz de estar sobre su cama, en la aparente seguridad que puede brindar una alcoba en una acogedora casa en un tranquilo barrio; mira a su alrededor para confirmar que está en su cuarto y mientras lo contempla, siente una paz que la ilumina y la llena de felicidad. Nunca se había sentido tan dichosa de estar en su casa a las…mira el reloj, se ha parado, pero eso no importa, supone que debe ser temprano y quiere salir a contarle el sueño a su madre, abre la puerta, oscuridad lúgubre, piso tierroso y árido, aire enrarecido, gemidos lastimeros y murmullos incomprensibles; su corazón se agiliza, su respiración se agita, presa del pánico cierra rápidamente, pone el seguro y para mayor tranquilidad inclina una silla hacia la puerta, se voltea y no sabe que hacer, mira hacia todos lados buscando en su cuarto una posible forma de liberación… sus ojos se posan sobre su cama, ve el libro culpable de su encierro, y emite un grito que no le desgarra sus cuerdas vocales sino que desgarra su alma. Después de dos segundos de estupor comienza a llorar y piensa hacerlo hasta que su vida se apague y si esto no sucede, lo hará por toda la eternidad porque sabe que si con ese tercer grito no salió de aquella vil realidad es porque tampoco está soñando.